Cruceros transatlanticos

Originariamente los grandes cruceros comenzaron llamándose o mas bien conociéndose por el gran público como cruceros Transatlánticos, por la sencilla razón de que esos primeros y mastodónticos pioneros se limitaban al transporte de personas entre la vieja europa y el nuevo mundo, América.

Nada tienen que ver aquellos viajes nostálgicos, llenos de incomodidades y problemas para el pasaje con los que encontramos hoy en día en el mercado. En realidad no hay barcos que se dediquen exclusivamente a hacer esas rutas, o no es lo habitual. Lo que ocurre es que las navieras destinan algunas naves durante media temporada a una zona, como el Mediterraneo, y durante la otra mitad a otro destino, como el Caribe.

Como es lógico, durante el traslado del buque de una zona a la otra podemos embarcarnos en la nave y disfrutar de sus comodidades en una forma de viaje totalmente distinta, aunque eso si, sin prisas por atravesar el charco.

Se puede decir que los cruceros transatlánticos o cruceros transoceánicos reúnen la más pura esencia de los cruceros, y en ellos los auténticos cruceristas se sentirán como en casa... En realidad se sentirán mejor que en casa, colmados de servicios, actividades y cuidados.

Desde luego que no es un crucero apto para no iniciados, o para aquellos a los que en general no les gusta el mar. Un Transatlántico, a diferencia de un crucero fluvial o un crucero marítimo es un crucero para disfrutar del barco y, sobre todo, para disfrutar del mar. Si te mareas con el más mínimo oleaje olvídate de estos cruceros porque en determinadas épocas, un oceano no tiene nada que ver con un mar cerrado, incluso en estos enormes barcos en los que raramente notaras el movimiento.

Un crucero normal no es más que un medio de transporte tremendamente cómodo, un hotel flotante, que nos permitirá ir de A a B sin padecer las penurias y problemas de cualquier viaje por carretera,y visitando los puntos más importantes y turísticos de cada uno de los destinos.

Sin embargo el concepto de un Transatlántico es otro. El origen y el destino (A y B) son dos puntos muy separados, en dos continentes distintos, separados a unos 15 o 20 dias de distancia marítima. Ahora bien, eso no quiere decir que vayamos a pasarnos 20 dias encerrados en el barco. Lo máximo que vamos a tener son 3 dias de navegación continuada, con varias escalas en islas tan paradisíacas y conocidas como Madeira, Canarias, Ponta Delgada, San Juan de Puerto Rico, las Islas Vírgenes, Miami, las antillas, Recife, Salvador, Rio de Janeiro o Buenos Aires.

Además este sería uno de los cruceros en los que elegiría, sin ningún tipo de duda, el mayor barco que estuviera disponible. Alguno como el voyager of the Seas o en general de la clase voyager de Royal Caribbean o de la clase Fantasía de MSC. Puesto que vamos a pasar varios dias de navegación, que mejor que un barco de  14 o 15 cubiertas para tener un sinfín de actividades, restaurantes y zonas de ocio que nos harán olvidarnos con enorme facilidad que estamos de viaje. En definitiva, unas vacaciones de dos semanas que todo buen crucerista debe hacer al menos una vez en la vida.

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