¿Te has preguntado alguna vez como será el puente de mando de un gran crucero? Todos nos lo imaginamos como el clásico puente de mando con el clásiquísimo timon que dirige la dirección del mismo.
Sin embargo en un crucero de última generación vamos a tener la sensación de estar más a bordo de la nave enterprise que de un barco normal y corriente (dentro de lo normal de estas moles). La tecnología ha substituido en gran medida la posibilidad de cometer un error por parte de la tripulación, aunque a menudo escuchamos como grandes y conocidos buques encallan en algún puerto. Fué el caso del Queen Victoria justamente que encallaba en Malta la semana pasada después de pasar por varios puertos españoles como el de Vigo. A parte de tener que interrumpir las vacaciones no suele ocurrir nada más grave.
En primer lugar el puente de mando o el puente del capitán necesita máxima visibilidad para realizar las maniobras. En algunos cruceros como el Holiday Dream, algo más antiguos, vereis como el capitán sale a cubierta, a unos pasillos laterales de acceso exclusivo y destinados a mejorar su visibilidad.
El Queen Elizabeth 2, por ejemplo, también tiene esos dos pasillos que salen directamente del puente de mando (fijaos en las imágenes).
En los más modernos no busqueis esos pasillos. Seguramente los distingais por unas ventanas que sobresalen por ambos lados de la nave dándole un agresivo aspecto de insecto. Normalmente tienen una situación bastante elevada, en alguna de las últimas plantas.
Os hemos puesto la foto del Carnival en la que se distingue con mayor o menor facilidad la situación del puente. Podrías situarla (es la foto principal)? Facil, verdad?
Para que os hagais una idea de lo complejo que es entrar en un puerto, para realizar la maniobra siempre se moviliza un mínimo de un remolcador, además de subir a bordo un contramaestre que se encargará de asesorar durante toda la maniobra de atraque al capitán y la tripulación de la nave.
En algunos puertos como el de Alicante, cuando el tamaño de la nave excede a penas lo habitual es necesario que el remolcador colabore activamente en la maniobra de atraque.