Costa Deliziosa: Crucero por los emiratos árabes

A principios de este año por primera vez una embarcación de Costa Cruceros era inaugurado en los Emiratos Árabes, era un claro guiño que la compañía italiana daba a esta región del continente asiático

Precisamente el Costa Deliziosa ha sido el protagonista de este 2010 en todos los Emiratos Árabes, su exótico itinerario por esta región del planeta ha atraído a muchos cruceristas, que cansados de los típicos cruceros por el mediterráneo, caribe y norte de Europa, decidieron embarcarse hacía un ruta diferente.

El crucero por los Emiratos Árabes que realiza el Costa Deliziosa se inicia en Dubai, una ciudad puramente artificial donde hay cosas tan insólitas como esquiar en nieve en una ciudad que alcanza fácilmente los 40º de temperatura. Esta ciudad, que ha crecido de una  forma espectacular en los últimos años se ha convertido en un importante destino turístico de lujo. 

Tras la partida de Dubai el Costa Deliziosa inicia un recorrido que llevará a conocer localidades como Muscat, en el estado de Omán, una ciudad que durante siglos ha permanecido cerrada al turismo y que desde hace algunos pocos años tiene abierto el acceso a estos. O por ejemplo Al Fujairah, una región llena de extensos desiertos y que, al igual que en Dubai, en los últimos años también ha sufrido una transformación increíble con la construcción de megaedificios ultramodernos. 

Abu Dhabi también es parada obligada en este itinerario por los emiratos árabes, el estado más grande de los Emiratos nos cautivará por la belleza de sus playas y desiertos, pero también por la modernidad de su urbe. 

Por último Bahrain, uno de los puertos más importantes de todo Oriente Medio, nos abrirá sus puertas para conocer una ciudad ultramoderna en la que se encuentran muchos de los rascacielos más altos del mundo y en donde está previsto construir el edificio más alto de toda la historia, la torre Murjan de más de un kilómetro de altura. 

En definitiva un crucero exótico hacía una región del planeta que vale la pena echar un ojo.