Ahora que está tan de moda etiquetar como lujo a todos los cruceros es un buen momento para saber las diferencias reales que vamos a encontrar a bordo de uno de verdad, de un crucero de lujo.
Después de nuestra experiencia en el Crystal Serenity yo destacaría las siguientes peculiaridades de un crucero de lujo:
- (i) el número de pasajeros,
- (ii) la gastronomía,
- (iii) el trato,
- (iv) servicios y extras incluidos,
- (v) los camarotes,
- (vi) las zonas públicas,
- (vii) la filosofía.
(i) En primer lugar el número de pasajeros a bordo es una de las grandes diferencias y una de las que más apreciaremos a bordo. Me llamaba mucho la atención el que en un crucero del tamaño de un MCS Orchestra viajaran sólo el número de personas equivalente a un crucero más pequeño, como el Holiday Dream de Pullmantur (ahora BleuDeFrance) o cualquier otro crucero de "pequeño" tamaño.
En qué se nota la diferencia? Pues, por ejemplo, en el ambiente. Ir a las hamacas de la piscina y a penas encontrar 10 o 12 personas era una cosa que nos sorprendía muchísimo, pero que en el día de navegación hubiera un 30% o 40% de hamacas libres ya nos parecía impresionante. Estamos hablando de que el crucero estaba a tope, y sin embargo a penas se notaba.
Otra diferencia, en los buffets nunca tenías problemas para coger mesa. Nuestra última experiencia en el NCL Gem fué justamente lo contrario, no había forma de conseguir mesa para desayunar sin darse un par de vueltas y esperar que alguien se levantara. Había mucha rotación y te sentabas sin problemas, pero no siempre consigues la mesa que te gustaría. Las comparaciones son odiosas así que vamos a intentar no caer en ellas, porque además no tiene nada que ver un crucero de lujo con este otro crucero (NCL, MSC, Costa Cruceros, ...).
En el Crystal Serenity llegas a cualquier hora, te armas de bandeja, elijes lo que vas a comer y te sientas tranquilamente. Es más, por el camino a tu mesa probablemente encontrarás a alguien que se ofrecerá a llevar tu bandeja hasta tu mesa, y seguidamente a traerte una bebida (todo está incluido en estos cruceros, con lo que no lo hacían por comisiones o similares).
(ii) Otro aspecto a destacar, la gastronomía, sencillamente espectacular. El risotto del Prego, el restaurante italiano, ha sido uno de los más ricos que he probado (el primero en mi lista está el que probamos en el MSC Fantasía y que hicieron ex profeso para nuestra visita los chefs italianos). El Silken Road, el restaurante japonés a bordo, exquisito, en pocos restaurantes he probado carnes tan exquisitas, y platos tan bien elaborados. Incluso sin gustarte la comida asiática es recomendable que no te pierdas la experiencia, igual que en el Sushi Bar, en el mismo restaurante pero en una barra especializada en Sushi.
A destacar una crema de setas que probé el último día, riquísima, pero en la que lo que más destacaba era en la presentación. La crema venía servida en el interior de una especie de panecillo con forma de una madalena de tamaño grande, con su tapa y todo. El plato estaba exquisito porque además, la propia crema se introduce por las paredes del "panero recepiente", alargando el disfrute una vez que la crema se ha acabado y haciendo las delicias de los amantes de rebañar los platos.
El restaurante principal (Main Dinning Room) no tenía tampoco nada que envidiar al resto. Platos exquisitos, muy bien cocinados, y un trato espectacular. El ambiente en todos además era muy exquisito, muy tranquilo, sin grandes estridencias salvo algún grupo que pudiera pillar el puntillo con el vino pero que para nada molestaban (incluso te parecía gracioso porque se ve lo a gusto que se encuentra la gente a bordo)
Si además te gusta el vino, en el Crystal Serenity tienes la mejor bodega que existe en alta mar. En el Vintage Room podemos disfrutar de una cata de vinos de lo más exclusiva.
El trato (iii). Ya lo hemos avanzado un poco. En los buffets te ofrecen traerte bebida, café o cualquier otra cosa, te cogen la bandeja para acompañarte con ella a la mesa o llevártela si vas a coger alguna otra cosa (es increíble pero se fijan nada más entrar de qué mesa has elegido, y se esfuerzan en recordarla).
El hecho de que al segundo día los camareros ya se hayan preocupado por recordar tu nombre para recibirte con uno "Buenos días Señor Moreno" lo dice todo. Me encanta :-). Pero igual que se agradece que te pregunten qué tal el día, qué tal las excursiones, si nos ha gustado la ciudad o la visita que hayamos hecho, ... Se nota que en general la tripulación no va estresada y trata de agradar a sus pasajeros.
(iv) Servicios y extras incluidos, prácticamente todos, salvo evidentemente bebidas alcohólicas, masajes y servicios así como las excursiones que evidentemente tienen un coste a parte. Nadie va a atosigarte a bordo para que compres nada, ni para que consumas. Si te lo ofrecen va a ser para que te sientas cómodo, no para conseguir hacer una venta y lograr una comisión como desgraciadamente pasa en NCL (ojo, en el resto de cruceros que hemos podido visitar, Pullmantur, Royal Caribbean y MSC Cruceros no ocurre esto).
También están incluidos detalles como en la piscina, las hamacas ya incluyan, te acuestes donde te acuestes, una toalla perfectamente envuelta en la cabecera para su uso y disfrute, además de algunas hamacas con toallas secas para que al acostarte te vayas secando "automágicamente" por la espalda (o por el método "vuelta y vuelta" según los gustos).
(v) los camarotes, sencillamente imponentes. El tamaño de uno de los más básicos es similar al tamaño que podemos encontrar en una de las mini suites en los cruceros populares. Lógico puesto que según la propia Crystal Cruises, sus cruceros no tienen camarotes sino que todos consisten en suites de lujo. No busques camarotes interiores, simplemente no existen. Que qué pasa con el espacio que ocupan en otros cruceros? Pues en seguida os lo contamos (los impacientes pueden saltar al punto (vi) las zonas públicas).
En nuestro caso nos alojamos en un exterior con balcón justo encima del Promenade (la zona de paseo que se encuentra en todos los cruceros).
Todos los días hay dos turnos de limpieza (es muy agradable que la habitación esté recién hecha después de la cena, la verdad), un cesto de fruta fresca que nos recibe después de las excursiones, un cubilete con hielos y una generosa mini nevera en la que podemos consumir todo lo que queramos y que será repuesta al día siguiente (todo incluido, por supuesto).
Nuestra asistente de camarote, Dejna, se portó estupendamente con nosotros. En general eran todas muy simpáticas, muy agradables e incluso, a pesar de no hablar castellano, se esforzaban por aprender algunas palabras con las que nos recibían por los pasillos: "Buenos días, como va", "Buenas tardes, que tal estaan".
(vi) las zonas públicas. Uno de los espacios que más me han gustado en este crucero (uno de tantos) es la pequeña terraza que hay en la popa, en todas las cubiertas, y a la que se accede desde el propio pasillo de los camarotes. Os enseñaremos imágenes en cuanto podamos volcarlas al ordenador (creo que para la semana próxima que volvemos a Alicante y donde me he dejado el cable). Pero básicamente te da la sensación de encontrate en un pequeño yate, con 4 o 5 personas más a bordo. Es un espacio con mesas y hamacas en el que se respira un ambiente muy acogedor e íntimo.
El Promenade es el más acogedor que hemos visto, si se le puede aplicar este término a un paseo, pero lo cierto es que en el Crystal descubrimos muchos espacios acogedores que no pensábamos que pudieran llegar a serlo. Es muy original porque en casi todos los cruceros los tenders o "botes salvavidas" que se usan para desembarcar en algunos puertos están justo en el Promenade, con lo que al pasear queda por encima de la cabeza. En el Crystal Serenity el Promenade es una especie de terraza sin techo con vistas al mar que rodea a modo de 360º todo el crucero. Los tenders quedan "incrustados" una cubierta por debajo, con lo que tampoco rompen la estética del barco. Ya veis que está pensado hasta el último detalle.
Los espacios en general son muy amplios. Al no existir camarotes interiores todos los espacios públicos tiene más espacio de lo normal, lo techos son más altos y las sensaciones son diferentes. Si crees que puedes sentir claustrofobia en un crucero, cosa que es difícil, en el Crystal Serenity simplemente vas a tener las mismas sensaciones de estar en el interior de un gran hotel.
(vii) La filosofía a bordo es, como el resto del crucero, otro mundo. De prácticamente todos los destinos el crucero no sale hasta las 21.00 horas, frente a las 5 o 6 de la tarde a las que solemos estar habituados. Eso te da mucho más tiempo para visitar las ciudades con mucha más calma y relax, pero también para disfrutar de espectaculares puestas de sol o vivir el ambiente nocturno. En Saint Tropez, por ejemplo, el crucero no salía hasta las 2 de la madrugada, con lo que puedes optar por cenar en tierra, salir de copas por el pueblo o alargar alguna visita en alguno de los pueblos de los alrededores sin miedo a perder el crucero. En Barcelona por ejemplo el crucero se queda nada menos que dos días, perfectos para visitar la ciudad sin "apreturas" y usar el crucero como un Hotel de la propia ciudad (mejor que un hotel diría yo).
El día de navegación ha sido el más bonito y agradable que he vivido en un crucero. Navegábamos a velocidad realmente de tortuga, comparado al menos con otros cruceros y/o destinos, pero este detalle era precisamente el que hacía que estar en cubierta desayunando, o pasear por el promenade fuera una auténtica delicia. Nada de movimientos que pudieran marearte, nada de viento molesto (solo alguna racha refrescante), ... de hecho para el día de navegación llevo preparadas unas pastillas para evitar el mareo, y en esta ocasión ni siquiera me acordé de ellas.
Por último, y con mucha relación con la filosofía de la naviera Crystal en general, los itinerarios. Ya os contamos que era la primera vez que veíamos que había pasajeros que habían completado su crucero número 100, o incluso el caso de uno de ellos que hizo su crucero número 200 en el Crystal Serenity. Si estudias los itinerarios de sus cruceros no te sorprende en absoluto, puesto que a diferencia de otras navieras, no hacen cruceros repetitivos sobre una misma zona. Los cruceros Crystal están navegando continuamente, dando la vuelta al mundo y visitando cada día destinos diferentes. Por lo tanto subirse 100 días, o un año entero a bordo, para nada es un calvario, sino que cada día es una aventura nueva. Hoy en Estambul, mañana en Barcelona, pasado en Alejandría y la semana que viene quizá en Hawai.
En fin, tanto a Vanesa, mi compañera de viaje, como a mi nos quedan muchas cosas que contar sobre los cruceros de lujo y concretamente sobre el Crystal Serenity. Por más que lo intento siempre olvido algo, pero bueno, tenemos un largo periodo en tierra para soñar con el próximo crucero y recordar con vosotros nuestra aventura a bordo del Crystal Serenity :-D.
Éste y el resto de artículos sobre el Crystal Serenity han sido posibles gracias a unmundodecruceros y a XYO Travel.