Detrás de un crucero de una semanita en una embarcación de tamaño medio-grande se mueve todo un grupo de trabajo, miles de tripulantes que trabajan a diario, hora tras hora y de manera incansable para que el pasajero pueda disfrutar al máximo de sus vacaciones.
Uno de los espacios que se cuida con especial atención es la cocina. SI importante es el viaje en sí y el entretenimiento a bordo, que decir de la gastronomía, parte esencial en el viaje en crucero.
El pasajero tiene la posibilidad de degustar los platos que vea oportunos, ya que la gran mayoría de embarcaciones crucero ofrece una extensa gama de platos variados y de calidad. Por ejemplo, y sin ir más lejos, uno de los últimos cruceros que partió esta temporada desde Buenos Aires, el Costa Fortuna, llevaba consigo a más de 3600 pasajeros lo que supuso la preparación de más de 20.000 platos de cocina durante el viaje.
Estos datos se traducen en un pedido de compra de ingredientes esenciales que van en torno a más 5000 kg de pescado, alrededor de 7000 kg. de carne, 10000 kg de harina (un ingrediente esencial dado que gran parte de los platos son amasados a bordo) y 3000 kg de melón (uno de los postres más consumidos a bordo). Además de 12000 litros de agua, 9000 latas de refrescos y más de 3500 latas de cerveza.
Estos son sólo algunas de las cifras de alimentos que se manejan a bordo de un barco, por lo que ahora no hay que extrañarse de que se diga que muchos de los pasajeros suelen aumentar dos kilos durante el viaje, aunque esto último tiene fácil solución si se mantiene la forma a diario en el gimnasio que existe en el propio crucero.
