La respuesta a esta pregunta es simple, depende de uno mismo. Desde luego que las embarcaciones están hechas para el relax, para el disfrute del descanso, la huída del stress y el entretenimiento, y también es verdad que a bordo suele comerse (por norma general) bastante bien, pero eso no tiene porque ser un impedimento para mantener la forma.
No hay que olvidar que la gran mayoría de cruceros están incorporando a sus barcos espacios destinados al ejercicio, pequeños gimnasios para aquellos que quieren mantener la línea y no perder la forma.
A bordo de estos cruceros existen monitores personales que ayudarán a los pasajeros a seguir sus rutinas diarias en tierra u ofrecer nuevos ejercicios y sesiones acordes a las necesidades del pasajero. Lo ideal es hacer rutinas cortas de alta intensidad y ser constante aunque de por medio estén nuestras vacaciones. Las rutinas cortas apenas quitarán tiempo de nuestro programa vacacional y podremos llevarla a cabo todos los días.
El crucero no tiene porque ser un lugar para perder los hábitos más saludables, sino para todo lo contrario. Es fácil caer en la tentación de los muchos alimentos que ofrecen los buffets, pero también es cierto que uno puede elegir que comer y mantener la dieta que acostumbraba a llevar a cabo en tierra.
