Unos dias después de embarcarnos en el MSC Orchestra nos encontramos de nuevo en Barcelona, en nuestra habitación del hotel, descansando y asimilando todo lo que ha ocurrido durante esta intensa semana.
El crucero en sí ha superado todas las expectativas que teníamos del mismo. Es una nave muy nueva (botada hace un año), con unas instalaciones modernas, muy avanzadas para un crucero y con un amplio abanico de actividades a bordo.
Tenemos muchísima información de esta nave, pero también de la propia naviera y de sus planes a corto y medio plazo. Esperamos que a medida que podamos recuperarnos de esta aventura podamos compartir con vosotros todas nuestras experiencias e impresiones, no sólo sobre el barco sino sobre la naviera, el personal, el trato, etc
De momento, y mientras asimilamos todo lo que nos ha ocurrido, sólo podemos agradecer a logitravel el trato tan exquisito con el que nos ha agasajado, desde el momento de embarcar hasta la misma despedida. En especial a gente como Joan, Alfredo, Fatima o Tomeu. Es curioso como despedirse de una persona a la que no conoces más que de 7 dias puede producirte una extraña sensación en el estómago y que sólo has sentido antes con los viejos amigos.
Y por supuesto a nuestros compañeros, que han dejado un huequecito en nuestro pequeño corazón crucerista. Los cruceros son así, cuando el mar hace un vínculo es mucho más fuerte que cuando se produce en la tierra.