MSC Lirica, el encanto de ser pequeño

El pasado sabado tuvimos la inmensa dicha de poder asistir a la rueda de prensa que tenian preparada MSC junto con la autoridad portuaria de Alicante y la alcaldesa Sonia Castedo.

La excusa era el intercambio de placas y la celebración de la apuesta que ha hecho MSC con el puerto de Alicante como puerto base como lo ha hecho también con el de Cadiz para dos de sus cruceros más emblemáticos, el MSC Orchestra y el MSC Lirica.

Hasta aqui la información política. Ya sabeis que nos metimos en el crucero con otro objetivo, que era básicamente, contaros desde nuestro punto de vista que nos parece esta nave.

El MSC Lirica es un buque pequeño, si lo comparamos con su hermano mayor, el Orchestra, o con las naves que estamos viendo fletar últimamente (ver nuestra visita al MSC Fantasia). Sin embargo desde el primer momento en el que subes por la escalerilla de embarque notas algo diferente en el ambiente.

Y es que este "pequeño" tiene nada menos que 7 bares con vistas tan bonitas como las que podeis ver en algunas de las imagenes al final de este artículo, 4 restaurantes donde degustar una cuidada gastronomia típicamente mediterranea, 2 piscinas exteriores, jacuzzi, spa, ...

Seguramente penseis qué ventaja puede tener viajar en un crucero más pequeño como este cuando podemos hacerlo en un mastodonte con algo más de oferta lúdica. Sin embargo hay bastantes ventajas, la primera y fundamental es el hecho de que hay nada menos que 700 tripulantes para sus 2000 pasajeros. Es decir, nada menos que un tripulante cada poco más de 2 pasajeros mientras que la media suele ser mucho mayor.

Además los salones, buffets y en general las zonas comunes raramente van a estar saturados de gente. En definitiva, en un crucero como el MSC Lirica vais a tener un ambiente acogedor, totalmente íntimo, y con todas las comodidades que podrías esperar de cualquier crucero incluso de mayor tamaño.

Otra cosa que nos ha gustado más que el en MSC Orchestra es su decoración, algo menos recargada y mas acorde al gusto español. Nos hemos encontrado con un teatro muy intimo y con una muy buena acústica, y con unos bares cuya decoración destacaba por su sencillez y elegancia.

Si me quedo con una parte del barco sin lugar a dudas es con el Blue Club que se encuentra en la popa (parte trasera del barco) en el puente Rossini, la última planta del crucero. Desde aquí os puedo decir que a pesar de haber vivido más de 30 años en Alicante he podido disfrutar de algunas de las vistas más bonitas, tanto de la ciudad como del mar que le rodea. Sencillamente precioso.

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