Embarcaciones pequeñas, espacios amplios, decoración elegante, servicio exclusivo, eso son sólo algunas diferencias que presentan los cruceros de lujo frente a los cruceros convencionales, y uno de esos cruceros es el que puede realizarse con el buque Silver Spirit.
La diferencia de este tipo de cruceros se encuentra nada más pisar el barco, el pasajero llega a su camarote y es recibido con una botella del mejor Champagne francés, unos exquisitos bombones y una fragancia de los más dulces que proviene del baño, donde no faltan los productos Bvlgari.
Durante las 24 horas del día y si el pasajero lo ve necesario, puede pedir al mayordomo todo cuanto desee de la embarcación. Los camarotes pueden arreglarse dos veces al día y no uno, las sabanas no son cualquier cosa, destaca el algodón egipcio o incluso seda.
El Silver Spirit, pese a ser el mayor buque de la flota lujosa Silversea, que lleva desde mediados de los noventa ofreciendo servicios de lujo a los pasajeros, es una nave que recibe no más de 270 pasajeros en su interior, aunque puede acoger hasta medio millar. Desde luego no tiene nada que ver navegar con este tipo de embarcación a hacerlo con los megabuques de miles de pasajeros.
Dentro el pasajero encuentra todo lo que se puede hallar en las grandes embarcaciones de las principales compañías convencionales, aunque en un espacio más reducido, pero sin duda menos lleno. Los camarotes resultan en cambio mucho más espaciosos y sobretodo lujosos. Todos ellos tienen un salón espacioso, baño y terraza, por lo que ningún huésped queda afincado en una habitación de cuatro paredes sin salida al exterior.
Las habitaciones van desde los 66m2, en el caso de las más pqueñas hasta los más de 100 m2 en el caso de las más grandes y lujosas. Todos los pasajeros pueden elegir un servicio de mayordomo a bordo, pueden utilizar la lavandería, secadora o servicio de Internet y periódicos a bordo de forma diaria.
Silversea lleva más de diez años siendo considerada la mejor línea de cruceros de lujo, un prestigio que se lo ha ganado a pulso, ofreciendo cruceros más íntimos, en embarcaciones más pequeñas peros lujosas y con un servicio personalizado difícilmente igualable.