Viajar en crucero de lujo, una experiencia simplemente diferente….

Los cruceros tradicionales son auténticas ciudades flotantes, inmensas embarcaciones que vistas desde tierra asombran a cualquier cruceristas y vistas desde dentro te dan la sensación de no estar en un barco. 

Estas moles de los mares son capaces de transportar a miles de personas a bordo y ofrecen aventura, ocio y mucha diversión. Sin embargo, hay muchos cruceristas, sobretodo aquellos que ya han realizado más de un viaje en crucero tradicional que se decantan por un viaje en crucero de lujo, una manera de viajar mucho más exclusiva que tiene muchas ventajas sobre la tradicional. 

Primero de todo porque se trata de un viaje mucho menos masificado, no hay hacinamientos ni a la hora de comer, ni al tomar el sol, ni al entrar a un salón, ni al salir del barco, etc….

Los cruceros de lujo están orientados hacía un pasajero que busca un viaje más íntimo, relajado y confortable. Estas embarcaciones de lujo sólo permiten un limitado número de pasajeros, también es cierto que no son barcos inmensos como en el caso de los cruceros tradicionales, pero aún así el espacio que cada pasajero tiene a bordo es francamente muy superior. 

La palabra camarote no existe en los cruceros de lujo, pues es substituida por suites, suites de lujo en muchos casos que disponen de elementos indispensables para sus privilegiados pasajeros: balcones privados, vistas al mar, y atención personalizada las 24 horas del día. 

Ahora bien, si hay un punto fuerte en este tipo de cruceros es la gastronomía que se puede degustar a bordo. Aquí es donde posiblemente reside la gran diferencia entre un crucero tradicional y un crucero de lujo. La variedad, la exquisitez y el servicio son de altísima calidad. 

Los espacios de relax son muy cuidados, el spa, la piscina y el gimnasio resultan de lo más lujosos. En resumidas cuentas podríamos decir que un crucero de lujo es algo así como un crucero tradicional, pero corregido, aumentado y mejorado.